Una vez más se ha utilizado nuestra ciudad para elogiar, en un informe “independiente” elaborado por la multinacional INERCO, las cualidades del sector cementero y la inocuidad que para la salud de las personas tienen sus emisiones contaminantes y otros aspectos relacionados con la ubicación de sus plantas. La elaboración del informe se pactó en el VI Acuerdo suscrito, el 18 de septiembre de 2019, entre la Agrupación de Fabricantes de Cemento de Andalucía (AFCA) y los sindicatos más representativos del sector: FICA-UGT y CC.OO. Construcción y Servicios.
Este pacto garantiza la continuidad de la Fundación Laboral Andaluza del Cemento y el Medio Ambiente (FLACEMA) y, para ello, las empresas cementeras, con fábricas en Andalucía, acordaron aportar cuotas anuales de 160.000 euros, con independencia de aquellos ingresos que pudiera generar la fundación o los que se consiguieran por medio de subvenciones.
Al igual que en las Memorias elaboradas por FLACEMA, de forma anual, el mencionado informe “independiente” se encarga y se paga por el sector; es lo que se conoce como Informes de Parte. Teniendo en cuenta su carácter, desde la ciudadanía exigimos un análisis comparativo y crítico que provenga de fuentes independientes ajenas a la propia industria, sin ello, continuaremos cercenando la posibilidad de construir una opinión objetiva con todas las cartas sobre la mesa.
Y es que el informe “independiente” no ha tenido en consideración ni siquiera el artículo 4 del VI Acuerdo, donde se establece que serán controladas “en continuo las emisiones del horno de cemento”; método más adecuado que los que se basan en cálculos o estimaciones. Un aspecto del acuerdo que incumple Portland, entre otras cementeras andaluzas.
Los datos aportados por la propia Portland al Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes indican que las emisiones son calculadas o estimadas en la mayoría de los casos: monóxido de carbono (CO); dióxido de carbono (CO2); óxido nitroso (N2O); compuestos orgánicos volátiles distintos del metano (COVNM); arsénico y compuestos (como As); cromo y compuestos (como Cr); cobre y compuestos (como Cu); mercurio y compuestos (como Hg); níquel y compuestos (como Ni); plomo y compuestos (como Pb); zinc y compuestos (como Zn); PCDD + PCDF (dioxinas + furanos) (como Teq); policlorobifenilos (PCB); benceno hidrocarburos aromáticos policíclicos totales PRTR (HAP totales PRTR); partículas (PM10); talio y sus compuestos, expresados en talio (Tl); antimonio y sus compuestos, expresados en antimonio (Sb); cobalto y sus compuestos, expresados en cobalto (Co); manganeso y sus compuestos, expresados en manganeso (Mn); y vanadio y sus compuestos, expresados en vanadio (V), por lo tanto ¿cómo puede afirmar el informe “independiente” que “existe una compatibilidad entre la salud y el bienestar individual y colectivo y la actividad de las instalaciones cementeras en Andalucía”, si no se miden las emisiones?; téngase en cuenta, por otra parte, que los mencionados cálculos o estimaciones se realizan por empresas contratadas por las propias cementeras, blanco y en botella.
El emplazamiento de la industria es, en la mayoría de los casos, anacrónico. Simplemente hay que acudir a la barriada de la Liebre y consultar a su vecindario; esta situación se repite en Córdoba, Málaga o Niebla, donde industrias con un alto índice de emisiones han quedado insertas en los núcleos urbanos o situadas en los bordes de los mismos.
Pero esto no es todo, a los graves problemas ambientales derivados de las altas emisiones contaminantes del sector cementero, de las mayores de la industria, hay que añadir el impacto que ocasionan en los espacios naturales cercanos a la ciudades; es el caso de la Dehesa Nueva en Alcalá; un espacio ecológico adehesado en transición a forestal por los elevados valores de cobertura arbórea que presenta en algunas zonas y por el eventual desarrollo de un estrato arbustivo igualmente denso o el “conjunto kárstico de grutas Complejo del Humo” en Málaga, que cuenta con una de las mayores y mejores concentraciones de yacimientos arqueológicos del Pleistoceno Superior de la franja costera de Andalucía, hoy amenazado por la empresa brasileña Votorantim Cimentos.
A todo lo anterior se le suman las negativas repercusiones que puede estar teniendo en el crecimiento económico y de empleo: imagen del espacio comercial y de ocio Parque Guadaíra, desarrollo residencial del Zacatín, empresas que pueden estar absteniéndose de ubicarse en el entorno a la cementera o aquellas otras que gestionan residuos y que temen ver reducidas sus expectativas con la mal llamada “valorización”.
La “valorización energética” es un eufemismo de la incineración de residuos. Pero el lenguaje no es neutral y la industria de la incineración de residuos (incluidas las cementeras) ante la mala imagen y el rechazo social de estas instalaciones –como consecuencia de los riesgos para la salud humana y para el medio ambiente de estas instalaciones- cambiaron la terminología. Y las administraciones –de este modo al servicio de los poderes económicos- corrieron a “trasponer” este cambio del lenguaje en la normativa aplicable al tratamiento de residuos. De esta forma, por arte del lenguaje, la incineración se convierte en valorización.
Se trata de una nueva puesta en escena de la industria cementera en Alcalá, auspiciada no casualmente por Portland, dado que la sociedad civil de nuestra ciudad se encuentra a la vanguardia de la lucha contra la incineración de residuos. Desde Alwadi-ira – Ecologista en Acción, que forma parte de la Plataforma contra la incineración de residuos Los Alcores – Sevilla, hacemos un llamamiento al gobierno municipal para que adopte una actitud acorde a la emergencia climática que vivimos y al resto de partidos políticos a que empujen en esta dirección.
Alcalá de Guadaíra, a 20 de diciembre de 2022
Sociedad Ecologista Alwadi-ira-Ecologistas en Acción. Avda. de Portugal, s/n, Apartado de Correos 226. Correo electrónico: alwadi.ira@gmail.com
