Consideraciones de la Sociedad Ecologista Alwadi.ira -Ecologistas en Acción- sobre la presencia del nivel freático en la obra de aparcamientos subterráneos en ejecución en la calle Nicolás Alpériz, c/v a Avda. San Francisco en Alcalá de Guadaíra.
Ante la polémica suscitada por la localización de una masa de agua en el fondo de la excavación de las obras de los aparcamientos en la calle Nicolás Alpériz, la Sociedad Ecologista Alwadi.ira -Ecologistas en Acción- ha contactado con diferentes especialistas en geología y geomorfología de la zona de los Alcores para intentar comprender lo ocurrido y valorar posibles acciones a emprender.
Alwadi.ira no ha podido tener acceso al informe geotécnico realizado de forma previa a la ejecución de los trabajos de contención de la excavación, y la excavación propiamente dicha. Estos datos son básicos para poder evaluar la situación de los niveles de agua de forma previa a los trabajos en aquellos sondeos en los que se dejase instalada una tubería piezométrica a tal efecto y se midiesen los mismos tras su finalización, y posteriormente transcurrido el tiempo suficiente para la estabilización de los niveles de agua en su interior. Tan solo se ha podido acceder a la información que el Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra ha hecho pública en diferentes redes sociales.
De la escueta información publicada, que ha generado cierto revuelo, se puede leer un extracto del informe pericial realizado por los propios arquitectos redactores del proyecto y directores de la obra, en el que se especifica que el agua detectada en el fondo de la excavación corresponde al nivel freático, tal y como estaba previsto en los sondeos realizados previamente. A este se acompaña un fragmento de nota de prensa elaborado por el Ayuntamiento bastante más confuso por lo que de mezcla de conceptos tiene (aguas surgidas, embalsamiento, nivel freático colgado, etc.).
En efecto, tras la consulta de este colectivo a diversos especialistas, se puede determinar que ni el fragmento de informe presentado por la dirección facultativa de la obra, por la muy escasa información aportada, ni la nota de prensa elaborada por el propio Ayuntamiento, por lo confuso de terminología empleada, aclaran suficientemente la situación actual en la obra.
Desde la Sociedad Ecologista Alwadi.ira –Ecologistas en Acción- a falta de información suficiente para tener una opinión formada, para lo que sería necesario disponer de los datos del estudio geotécnico, se pretende al menos esclarecer el concepto de acuífero a fin de evitar una mayor confusión en una cuestión tan sensible para la ciudadanía. En este sentido, un acuífero es una formación geológica capaz de almacenar agua y transmitirla en cantidad suficiente para que sea de interés. Por ejemplo, las arenas, calizas o calcarenitas son excelentes acuíferos. Los acuíferos cuentan con una zona de aireación donde no hay agua almacenada y una zona de saturación en la que aparece agua. Para ello es necesario que bajo
Sociedad Ecologista Alwadi-ira – Ecologistas en Acción. Apartado de Correos 226
E-mail: alwadi.ira@gmail.com Web: www.alwadi-ira.es
la roca permeable aparezca un material impermeable. En Alcalá de Guadaíra existen dos formaciones geológicas: las calcarenitas, popularmente conocidas como “albero” y las margas azules, popularmente conocidas como “greda”. Las primeras se consideran que constituyen un acuífero y las segundas el material impermeable que hace posible la acumulación de agua (saturación) en las calcarenitas. A la cota de excavación realizada en la obra en cuestión, los materiales presentes son las calcarenitas y los de alteración superficial de estas. Previsiblemente el muro (el material que aparece debajo a una cota de mayor profundidad) está compuesto por las margas y sobre ellas discurre el cauce del río Guadaíra en el punto topográficamente más bajo.
En relación a los acuíferos, cabe distinguir principalmente entre acuíferos libres, confinados y semiconfinados. En este sentido, las calcarenitas actuarían como un acuífero libre, en el que el nivel freático, o lámina de agua situada en la cota superior de la zona saturada del acuífero, se encuentra a la presión atmosférica y coincide con el nivel piezométrico.
Por todo ello, teniendo en cuenta que en la zona no hay materiales que confinen el acuífero, más que los inferiores de las margas a mayor profundidad, no es posible en el caso que nos ocupa la existencia de niveles colgados, por lo que parece que el agua detectada en el fondo de la excavación correspondería al nivel freático. Debido a que se está bombeando desde hace días y deprimiéndolo, su posición ha de considerarse dinámica y solo cuando se deje de bombear y se estabilice, se podrá considerar que alcanza su posición estática. Previsiblemente, y dado que la recarga del acuífero se produce mayoritariamente por la infiltración de agua de lluvia, al encontrarnos en época de estío, esta sería su cota más baja, lo que incrementaría el riesgo de inundación en el fondo de la excavación cuando se produzca la recarga.
Dado que ni el sistema de contención, ejecutado mediante una cortina de pilotes perforados y hormigonados “in situ” mediante barrena, ni el fondo de la excavación, por localizarse entre las calcarenitas y los materiales arenosos de alteración de las mismas, se consideran impermeables, el agua fluirá al fondo de la excavación hasta alcanzar su posición estática. Si este era el resultado previsto o no en el estudio geotécnico previo solo sería posible contrastarlo consultando el mismo.
Sea como fuere, tal y como indican los expertos consultados, el impacto ambiental es mínimo ya que el agua bombeada está alimentando el caudal del río Guadaíra, bien directamente o a través del colector de Ranillas aunque tampoco se ha informado sobre el destino último de esta agua, tan solo que se entuba en un colector próximo a la obra. No obstante, parece que completaría el llamado ciclo del agua, por lo que su extracción no reviste mayor importancia.
Por otro lado, el volumen de agua que anualmente drena el acuífero de los Alcores se situaría, según el atlas hidrogeológico de la provincia de Sevilla, en un valor estimado de 125 hm3/año hacia los cursos superficiales (red de afluentes del río Guadaíra y el propio río), por lo que parece poco probable que la extracción de agua que se está produciendo desde hace aproximadamente un mes perjudique excesivamente a un acuífero cuya superficie abarca 1.380 km2. Además, la surgencia del manantial del molino de las Eras sigue funcionando correctamente aunque es posible que puntualmente haya podido presentar un aspecto parcialmente seco debido al potencial desarrollo del llamado cono de depresión del nivel freático que suele producirse en las zonas en las que se extrae agua de la capa freática y que suele afectar muy localmente al nivel piezométrico por un desajuste temporal en la relación entre bombeo y recarga. En cualquier caso, este hecho sería temporal, por lo que el manantial de San Francisco tendría asegurado su abastecimiento hídrico a medio y largo plazo.
Una cuestión completamente diferente podría haberse generado si en la zona se hubiera localizado una galería subterránea de factura romana, por ejemplo, en cuyo caso sí habría supuesto un importante impacto sobre el patrimonio cultural alcalareño, pero por fortuna no parece ser este el caso.
Desde la Sociedad Ecologista Alwadi.ira –Ecologistas en Acción- se cree que aunque el impacto ambiental no es excesivamente importante, la ciudadanía debería estar informada sobre obras tan sensibles para el patrimonio y el medio ambiente como esta. En este sentido, se demanda que el Ayuntamiento agilice canales de información y participación ciudadana, pues en una ciudad como Alcalá de Guadaíra –que supera ampliamente los 70.000 habitantes-, se cuenta con personas expertas en una enorme variedad de temas relacionados con este tipo de actuaciones que podrían emplear sus conocimientos para evitar posibles consecuencias adversas en aquellas actuaciones, que como se ha indicado, pudieran ser sensibles para el patrimonio y el medio ambiente de nuestra ciudad.
También se quiere insistir en la importancia y en la necesidad de utilizar los canales formales de difusión de la información, así como de la documentación, cuando esta es solicitada en lugar de emplear las redes sociales dado el alto nivel de confusión y crispación que suele generarse.
Alcalá de Guadaíra, 28 de agosto de 2024.
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