La asociación ecologista Alwadi-ira – Ecologistas en Acción denuncia el lavado de imagen ambiental que la empresa Hermanos Salguero Marín S.L pretende llevar a cabo con el respaldo insólito y sorprendente de la alcaldesa del Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra.
La Sociedad Ecologista Alwadi.ira quiere mostrar su frontal rechazo a la propuesta que la empresa Hermanos Salguero Marín S.L., en connivencia con nuestro Ayuntamiento y otras organizaciones locales, pretende llevar a cabo en las canteras que actualmente se encuentra explotando. La última ocurrencia de esta empresa de explotación de áridos es convertir en patrimonio cultural el resultado de su actividad extractiva mediante visitas “culturales” guiadas por “especialistas” y la comercialización de merchandising de albero. Todo ello como, en palabras de nuestra alcaldesa, actividad “innovadora” y dinamizadora de los recursos turísticos locales.
La Sociedad Ecologista Alwadi.ira opina en cambio que se trata de un claro y flagrante caso de lavado de imagen ambiental (Greenwashing) en el que, una vez más, una empresa cuya actividad consiste en depredar los recursos ambientales colectivos para la privatización de sus beneficios pretende lavar su imagen convirtiendo tal actividad en un valor patrimonial que, además, pretende amortizar económicamente.
El albero, como patrimonio de Alcalá de Guadaíra, tiene un indudable valor de identidad local pero también esconde en realidad una explotación carente de escrúpulos al no considerar de ningún modo los valores ambientales y patrimoniales que poseen nuestros cerros de calcarenitas. En efecto, el albero no es más que la trituración o molturación de la calcarenita, una roca formada durante los últimos 7 millones de años en este rincón del mundo, en el que se dieron una serie de condiciones naturales muy concretas. Estas condiciones posibilitaron una mezcla de arena de playa con una ingente masa de conchas de moluscos y otros animales marinos que habitaban en estas costas. En ese contexto geológico formado existe en la actualidad una enorme variedad de fósiles de diferentes animales: equinodermos (erizos), peces óseos y cartilaginosos (tiburones), así como cetáceos -como la célebre ballena que aún puede observarse en el museo-.
Pues bien, para poder crear ese albero, tan importante culturalmente, primero debe talarse toda la zona en la que va a extraerse nuestra calcarenita –una roca que es nuestra, de todos-. Una vez se ha arrasado toda la cobertura vegetal, se procede a vaciar toda la capa de suelo (material edáfico), quizás el componente del biotopo más importante de un ecosistema terrestre al estar tan directamente relacionado con la vida del mismo. El suelo nos proporciona la mayor parte del alimento y en él se dan la mayoría de ciclos de la materia de los que depende la vida tal y como la conocemos (ciclos del nitrógeno, del fósforo o del carbono). Por último, para poder extraer la calcarenita se altera completamente el relieve, alterando las cotas naturales y destruyendo el patrimonio geomorfológico (paisaje) para siempre.
Con todo ello, la misma explotación de la cantera incluye procesos de destrucción de absolutamente todo lo que esté contenido en el material geológico señalado y ahí se incluyen los fósiles antes indicados. ¿Alguien puede hacerse una idea de las diferentes especies de cetáceos que se habrán perdido para siempre?
Además, es en este tipo de explotaciones donde generalmente se accede a la capa freática (acuífero) produciéndose una pérdida alarmante de agua por evaporación que ha contribuido de manera notable a la consabida sobreexplotación del acuífero de los Alcores, aspecto directamente relacionado con la alarmante reducción de veneros que antaño aportaban agua a nuestro río Guadaíra a su paso por nuestra ciudad.
Pretender extraer aspectos positivos de la puesta en marcha de rutas culturales y la monetización del albero como seña de identidad local, aludiendo a su importancia cultural, natural o paisajística es, sencillamente, la enésima tomadura de pelo de esta empresa apoyada por nuestros representantes municipales.
Por otro lado, la ley obliga a la restauración de las canteras toda vez que cesa la actividad extractiva. ¿Se ha restaurado alguna cantera? La respuesta es negativa. Con todo ello, pretender restaurar una cantera con encinas o alcornoques es una auténtica quimera, puesto que hablamos de especies de crecimiento muy lento que ni nuestros nietos llegarán a conocer. Consecuentemente, la destrucción de cualquier paisaje para la extracción de albero es IRREVERSIBLE. Hay constancia de al menos tres yacimientos arqueológicos documentados que han desaparecido en Las Majadillas (ARQL 112, 140 y 063).
En consonancia con lo anterior, el grupo ecologista presentó hace dos años Recurso de Alzada frente al proyecto de ampliación de las canteras de Palito Hincado, aduciendo, entre otros motivos, el incumplimiento de la Evaluación de Impacto Ambiental, el impacto sobre el acuífero o su carácter de actividad molesta para las parcelas ubicadas en las inmediaciones, afectando a un medio con características rurales y con la potencialidad de Parque Cultural.
Entendemos que una iniciativa turística, con contenido cultural y paisajístico, puede tener mucho interés y ser perfectamente recomendable en nuestra localidad, pero esta no debe entrar en contradicción –sirviendo así de lavado de imagen- de una actividad empresarial que en buena parte de su desarrollo no atiende a los intereses comunes de carácter ambiental y patrimonial que se requieren incluso por ley.
¿Qué clase de paisaje de este rincón del planeta vamos a legar a las generaciones venideras? No conocerán el trinado del escribano triguero sobre los campos de cereal llamando a las nupcias, ni tampoco el vuelo rasante del aguilucho cenizo, ni verán a los galgos sufrir los recortes de las esquivas libres, ni tampoco la silueta del mochuelo en lontananza sobre un olivo a contraluz en un atardecer estival. Solo vamos a dejarles monótonos campos de acero y cristal, agujeros enormes en el corazón de nuestro alcor y polígonos industriales abandonados a su suerte con mucha, mucha, contaminación. Ese, y no otro, será nuestro triste legado como sociedad. ¿Lo vamos a permitir?
Alcalá de Guadaíra, 3 de mayo de 2025.
Sociedad Ecologista Alwadi-ira – Ecologistas en Acción.
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Apartado de Correos, 226.